VOCACION Y MISION DE LA CARMELITA DESCALZA
VOCACIONLa vocación de Carmelita Descalza es un Don del Espíritu, que les invita a la unión con Dios, viviendo en amistad con Cristo y en intimidad con la santísima Virgen María; la oración y la inmolación se funden vivamente en un amor grande a la Iglesia. Por eso en virtud de su vocación, están llamadas a la contemplación, tanto en la oración como en la vida. Este compromiso de vivir en continuamente en oración se nutre con la fe, la esperanza y sobre todo, con el amor de Dios. De ese modo, con un corazón puro, podrán conseguir la plenitud de la vida en Cristo y disponerse a recibir la abundancia de los Dones del Espíritu.
Por exigencia del Carisma Teresiano, la oración, la consagración y todas las energías de una Carmelita Descalza han de estar orientadas hacia la salvación de las almas. |
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MISIONLa vocación y misión de la carmelita descalza es la oración de la iglesia y por la iglesia. Era tal el amor que sentía por la Iglesia Santa Teresa de Jesús, que sus ultimas palabras antes de morir fueron: “Al fin muero hija de la iglesia.” Se confirma la actualidad del carisma teresiano con estas palabras de Santa Teresa: "Mil vidas pusiera yo para remedios de un alma.” Ella deseaba que sus hijas se sacrificaran con generosidad para que el Señor "proteja a su Iglesia”, poniendo en esto todos sus intereses: "cuando vuestras oraciones y deseos y penitencia no se emplearen en esto que he dicho (a favor de la iglesia y de la sagrada jerarquía), pensad que no hacéis ni cumplís el fin para el que aquí os juntó el Señor” (Camino de Perfección 3, 10).
La carmelita descalza se ofrece a si misma al Buen Dios siguiendo el ejemplo de sus esposo Cristo: "por donde tu fueres he de ir yo, por donde tu pasaste, he de pasar yo.” Renunciando a todas las cosas por conquistar el amor del amado, vive en el silencio, escondida, ofreciendo sus oraciones y sacrificados por las necesidades de la iglesia, y la salvación de las almas. Uniendo todo su día al Divino Mártir. Pero, no por esto esta triste. Al contrario, vive con paz y alegría por que no vive atada a nada de la tierra. Su único anhelo es la gloria de Dios. Empieza a vivir a vivir desde ahora lo que será nuestra vida en el cielo: alabar continuamente a Dios. Finalmente, estas palabras de nuestra querida hermana Santa Teresita del niño Jesús nos ayudan a comprender cual es esa misión de las carmelitas descalzas: “en el corazón de la iglesia mi madre, yo seré el amor.” |